EL ENCUADRE:
Por lo general, un motivo situado en el centro de la foto consigue un resultado aceptable. Pero, antes de disparar es conveniente considerar todas las opciones que están a nuestro alcance, debiendo preguntarnos cuál es el protagonista de la foto, así como qué pretendemos transmitir con ella. No cabe duda de que centrar el motivo es muy adecuado para casos en que predomina la simetría.
Una forma clásica de componer una foto consiste en aplicar la regla de los tercios. Se trata de imaginar la composición dividida en tercios verticales y hacer coincidir el motivo principal sobre una de las dos líneas divisorias.
EL PUNTO DE VISTA:
La posición de la cámara puede modificar el interés de la fotografía por lo que, al igual que ocurre con el encuadre y el formato, no deberemos precipitarnos. Lo más aconsejable será probar diferentes ángulos: más altos, más bajos, frontales, laterales, posteriores... así como distintos planos: cercanos, medios o lejanos.
Las tres zonas de una fotografía:
En realidad, una fotografía es la representación bidimensional de un motivo que tiene tres dimensiones. De ahí que, ya que no nos es posible reproducir esa "tridimensionalidad", por lo menos debamos tener en cuenta (siempre que ello nos interese) que podemos considerar la foto como si estuviera dividida en distintas "capas", y que cada una de ellas puede tener interés de por sí, además de su aportación al resultado final. Diremos por tanto que tenemos:
El primer término: suele ser lo que primero miramos en la foto. Su correcto uso puede lograr que la fotografía dé una mayor sensación de profundidad, siempre que no llegue a competir con las otras zonas (bien por ser demasiado importante en el contexto total de la foto, o bien por no tener una relación directa con el tema fotografiado, distrayendo en este caso la atención). Puede ser una buena idea incluir en primer término algo que dé una idea clara del tamaño real del motivo fotografiado: así, un gran edificio quedará imponentemente reflejado si en primer término aparece un grupo de minúsculas personas.
La distancia media: éste suele ser el emplazamiento habitual del motivo principal de la foto. Como sabemos, disponemos de métodos para conseguir un interés añadido (recordemos la regla de los tercios) y evitar que la foto resulte anodina, obligando a la mirada a recorrerla en busca de "algo más". Puede resultar interesante aplicar aquí lo que ya conocemos acerca de profundidad de campo, ya que seguro que destacamos más el motivo principal si provocamos un cierto desenfoque en el objeto que aparezca en primer término, máxime si éste tiene sólo la misión de rellenar esa parte de la fotografía creando ambiente (por ej., unas ramas de árbol en primer término de una foto cuyo motivo principal es un pueblecito).
El fondo: rara vez el motivo principal es situado en el tercer término. Como ya dijimos en el tercer capítulo, el fondo puede aportar riqueza a la fotografía, aunque también puede estropeárnosla si no reparamos en él.
COMPOSICIÓN Y REGLA DE LOS TERCIOS.
Cualquier fotografía necesita de un sujeto o un centro de interés, pues de lo contrario, el observador recorre con su vista la foto buscando de un sitio a otro donde quedarse. Es por eso que uno debe imaginar la fotografía antes de imaginar el motivo por va a tomarla.
Recomendaciones para una buena composición:Pauta Geométrica:
Las pautas geométricas atraen y mantienen la atención. La repetición de las siluetas y volúmenes unifica la imagen. la sorpresa de las rupturas inesperadas de la pauta resulta muy agradable a la vista.
Unidad:
Cada imagen debe ser considerada como única cosa en la cual los diversos elementos que componen no pueden ser modificados sin influencia el equilibrio inicial.
Equilibrio:
En cada imagen el elemento constitutivo de líneas y formas deben balancear adecuadamente en la composición.
Ley de tercios:
La composición resulta más armónica cuando los centros de interés son colocados cerca de los puntos de intersección de las líneas que cortan la imagen en los tercios.
Angulo de toma:
Pruebe diferentes ángulos. Una ángulo alto le dará una imagen muy distinta a un ángulo bajo, al igual que la visión frontal produce una impresión muy distinta de la lateral o la posterior.
Control de Fondo:
El fondo debe servir como marco al sujeto y no apartar la atención de él. Utilice la profundidad de campo. Lo mejor suele ser un fondo liso que no llame la atención. Para conseguirlo, pruebe una abertura grande y elija cuidadosamente el ángulo de toma. Cuando quiera dar la definición también al fondo, asegúrese de que armoniza con el sujeto principal.
Detalles:
Nuestra tendencia general es a mostrar el conjunto e ignorar las partes, pero muchas veces, un detalle puede ser más expresivo que la vista general. Busque detalles que definan el tema.
Interés del Contraste:
El contraste es el factor que hace que el sujeto principal resalte sobre el fondo. Un sujeto iluminado por el sol, por ejemplo contrastará vivamente con el fondo de sombras. Los contrastes cromático pueden igualmente servir para diferenciar al sujeto del fondo.